Escrit per Javier de Lema el dia 8 de març
Estimado señor Juez:
Con la presente carta quiero agradecerle todo lo que usted ha hecho por mí. Yo era una de las muchas mujeres maltratadas. He sufrido durante años mi dolor, en silencio, con vergüenza, llegando a creer que, quizás, yo tenía la culpa de lo que me estaba sucediendo.
He sufrido, tanto física como psicológicamente. Y lo peor es que mis hijos han sufrido más que yo. Ellos no entienden de peleas, gritos y malos tratos. De palabras que no saben lo que significan sino que solo intuyen que se trata de algo grave. Tampoco entienden que su mamá se caiga repetidamente por las escaleras y tampoco entienden que yo esconda mis moratones ante sus miradas incrédulas. Yo siento dolor, ellos solo sienten miedo. Mi dolor desaparece a los pocos días. El suyo les acompaña para siempre.
Pero, hace unos días, mi vida cambió por completo. Por fin me decidí a denunciar a mi pareja y la sentencia dictada por ustedes ha puesto fin a muchos años de sufrimiento. Por fin mi pareja no podía acercarse a mí, gracias a esa estupenda orden de alejamiento.

Hoy, por fin, ya no tengo miedo. No tengo que soportar los continuos malos tratos y, lo más importante para mí, mis hijos viven también sin miedo. Sin ver a su mamá golpeada y asustada, llorando a escondidas y esbozando una sonrisa inexistente para decirles que no pasa nada.
Porque hoy, señor Juez, mi pareja ha roto esa orden de alejamiento. Una orden con tres palabras que alguien que no respeta la dignidad humana... va a respetar un simple papel??.
Porque hoy señor Juez ya no pertenezco a este mundo. Ahora, todos los responsables de mi muerte, entre los cuales está usted señor Juez, espero que cuiden de mis hijos.